
Este año 2010 no hay un campeonato que nos depare alguna sorpresa en primera o segunda ronda, Roma, por tanto, no iba a ser menos. El protagonista positivo de esa sorpresa ha sido el letón Ernest Guibis. El joven tenista que ya había ganado el torneo californiano Delray Beach salió a la central del Foro itálico algo nervioso, Federer disputaba un buen juego y con muy poco robó el servicio de Gulbis. El letón no encontró argumentos para contrarestar la ofensiva suiza. Así por tanto, el número uno del mundo se hacía con la primera manga.
Tras meditar unos segundos en el banco y refrescarse con un poco de agua y bebida isotónica entre el primer y segundo set, Gulbis despertó del letargo y reaccionó de la mejor manera posible. Mejoró su saque mientras que Federer desfallecía a ritmos agigantados. El número cuarenta del mundo forzaba la tercera manga con un contundente 6-1 ante el estupor de los allí reunidos.

La emoción se palpaba en el ambiente. El último set fue una lucha fratricida para pasar a la siguiente ronda. Cuando el tie break parecía muy cerca, Gulbis sorprendió a Federer robándole el servicio en el último punto con saque a favor para el suizo. 6-5 y el letón sacaba para ganar el encuentro, pero el nerviosismo se apoderó de Gulbis. La mayor experiencia de Federer hizo que el partido se decidiera en el desempate.
En el tie break, las fuerzas respetaron a Gulbis que no desaprovechó la oportunidad. El suizo flojeó y se marcha a las primeras de cambio a casa. Una nueva decepción para un desconocido Federer.
En el tie break, las fuerzas respetaron a Gulbis que no desaprovechó la oportunidad. El suizo flojeó y se marcha a las primeras de cambio a casa. Una nueva decepción para un desconocido Federer.
Victoria a lo grande de Nadal

Nadal estaba advertido por lo que le había sucedido a Federer. Se enfrentaba ante un correoso Philip Kolschreiber en la segunda ronda de Roma, precisamente el encargado de eliminar a Roger Federer en Miami. El alemán buscaba volver a realizar la machada al mejor tenista del mundo en tierra batida.
Él de Manacor no estaba para minucias y le puso las cosas claras al germano desde el inicio. Un fuerte ritmo de juego, golpes imposibles y un tenis de altos quilates fue lo que ofreció el jugador español. Kolschreiber, impasible, cedió sin ninguna oposición la primera de manga. Lo más dificil estaba hecho para Rafa, el segundo set su tenis cambió ostensiblemente sin reducir su efectividad. Nadal controló la situación y desplegó un tenis más a la espectativa. El mallorquín sentenció con un 6-3.
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